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¿Puede tu cabeza ser tu peor enemigo sobre el ring?

22 agosto, 2017

LA FORTALEZA MENTAL ES CLAVE EN EL RENDIMIENTO DEPORTIVO

En los sparrings brillas, tus manoplas son endiabladas y partes los sacos por la mitad, pero llegado el día del combate, no es oro todo lo que reluce. Sientes que no has rendido al 100%. Bajas del ring enfadad@ contigo mism@. ¡Podías haberlo hecho mejor! Las combinaciones no han fluído y te has notado sin ideas. ¿Qué ha podido fallar?

Según expertos de todo el mundo, la concentración es la habilidad mental clave para que un deportista alcance su nivel de rendimiento máximo. La concentración forma parte de la atención y nos permite ejercer un esfuerzo mental deliberado en una situación concreta.

Se ha demostrado que los atletas que alcanzan su rendimiento máximo son capaces de concentrarse voluntariamente en los estímulos relevantes del entorno, y transformarlos en una acción que saben ejecutar. Por ello, para optimizar el rendimiento en combate, los boxeadores deben de aprender, como parte de su entrenamiento, a controlar sus pensamientos y a no reaccionar ante posibles distracciones.

PERFILES DE CONCENTRACIÓN

Los psicólogos Nideffer y Sagal escalaron la concentración en función de 2 dimensiones: la dirección y la anchura.

Según la dirección, la concentración puede ser:

  • EXTERNA: la atención se concentra en estímulos que proceden del entorno (indicaciones del árbitro, instrucciones de tu esquina, gritos del público…)
  • INTERNA: la atención se concentra en estímulos que proceden de uno mismo (pensamientos, dolores, sensaciones sobre el ring…)

Según la anchura del foco, la concentración puede ser:

  • AMPLIA: la atención se concentra en varios estímulos simultáneamente (la posición corporal del oponente, los posibles pasillos de salida cuando te han encerrado entre las cuerdas… )
  • ESTRECHA: : la atención se concentra en un estímulo en particular (la zona del cuerpo que se va a golpear, el golpe en particular que se va a lanzar…)

Así, a partir de estas dos dimensiones se definen 4 perfiles fundamentales de control atencional:

  1. ATENCIÓN AMPLIA – EXTERNA: Tareas de evaluación. La atención se concentra en el entorno general del boxeador.
  2. ATENCIÓN AMPLIA – INTERNA: Tareas de análisis. La atención se concentra en el estado interno del boxeador.
  3. ATENCIÓN ESTRECHA – INTERNA: Tareas de preparación. La atención se concentra en prepararse para ejecutar una acción.
  4. ATENCIÓN ESTRECHA – EXTERNA: Acciones. La atención se concentra en la ejecución de una habilidad.

ADAPTAR EL PERFIL DE ATENCIÓN A CADA SITUACIÓN ES CLAVE

Cada persona posee  de forma natural un estilo dominante dentro de estos 4 perfiles. No obstante, los deportistas de élite deben aprender a identificar el perfil de atención idóneo en cada momento e intercambiar su nivel de atención para adaptarse a cada circunstancia. No es lo mismo, estar cabeza con cabeza con tu rival, que atendiendo las indicaciones de la esquina en el minuto de descanso. Cada situación requiere un tipo de concentración, y debemos aprender a adaptarla. Bloquear la atención en un único perfil o activar el perfil inadecuado puede inducir fatiga mental y reducir drásticamente el rendimiento.

Se ha demostrado que cuanto mayor es la activación de un deportista, más se estrecha el foco de la atención. Es decir, el deportista tiende a ignorar progresivamente estímulos y señales a medida que su estado de activación aumenta. Por contra, a medida que la relajación aumenta, la atención se dirige hacia el interior de uno mismo. De este modo, aprender a controlar nuestro estado de activación resulta clave para mejorar el rendimiento.

 

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En competición, convergen situaciones diversas que requieren un foco de atención concreto para ser gestionadas de forma eficiente. Por ejemplo, si en la distancia de alcance, un boxeador dirige toda su atención a la zona del rival que quiere golpear (externo-estrecha), desatendiendo potenciales acciones ofensivas del rival (externo-amplia), hay muchas posibilidades de que el ataque que está planeando no llegue a materializarse porque el rival inicie un contraataque para el que no estaba preparado por no ampliar su foco de atención. Por el contra, cuando un boxeador está fuera de la distancia de su rival, puede ser un buen momento para concentrar la atención en uno mismo y hacer balance del round  (amplio-interno) o la evolución del golpe encajado (estrecho-interno), evitando así una exceso de fatiga mental que puede resultar demoledor.

En resumidas cuentas, cada momento del combate requiere un tipo de atención. Por ello, es indispensable que los deportistas aprendan a mover su foco atencional a través de los 4 perfiles mencionados. Aprender a dominar los perfiles de concentración no sólo maximiza el rendimiento, sino que potencia la confianza, autoestima y fuerza mental.

¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR MI CONCENTRACIÓN?

Existen multiples estrategias para mejorar la concentración en deporte, muchas de ellas derivadas de la técnica de centrado descrita por Nideffer. En general, estas formas de entrenamiento persiguen concentrar la atención en cuestiones relacionadas exclusivamente con el rendimiento e ignorar el resto de estímulos distractores.

1 | VISUALIZACIÓN

Se ha demostrado que el flujo de información del cerebro mejora cuando las condiciones se asemejan a las condiciones en las que se codificó la información. Es decir, cuanto más parecidos sea el escenario de entrenamiento y de competición, más efectiva será la transferencia de habilidades de uno a otro. Por ello, se recomienda crear escenarios “reales” durante el entrenamiento, para simular posibles distracciones o áreas de concentración que puedan emerger en competición. Mediante técnicas de separación mental, observación pasiva y reinterpretación, el atleta aprenderá a ignorar estas distracciones y reorganizar su atención en niveles efectivos sobre estímulos relevantes.

2 | PROGRAMACIÓN DE OBJETIVOS CONTROLABLES

La concentración se ha de focalizar sobre elementos controlables. Por ello, los planes de objetivos deben definirse en base al rendimiento, y no en base al resultado. ¿Por qué? Porque podemos controlar nuestras acciones, pero no su resultado. Es decir, un boxeador puede concentrarse en dar siempre un paso atrás después de cada serie (acción controlable), pero no en evitar ser golpeado después de cada serie, ya que no sólo depende de sus acciones (resultado de la acción, no controlable por el boxeador).

Muchos psicólogos deportivos recomiendan elaborar dos listas. En la primera, el atleta debe escribir los factores que puede controlar (número de golpes lanzados, cómo reaccionar ante una caída…) y en otra, los factores incontrolables (gritos del público al encajar un golpe, efecto de los golpes sobre el rival…). A partir de ahí, el deportista debe interiorizar en qué factores puede influir (los controlables) y por tanto concentrarse exclusivamente en estos factores; y aprender a ignorar automáticamente los estímulos procedentes de los factores incontrolables.

El mensaje debe de ser claro: si no lo puedes controlar, no malgastes ni un segundo en pensar en ello.

3 | ESTÍMULOS DE CONCENTRACIÓN

También se recomienda elaborar una lista de estímulos positivos (pensamientos afirmativos, recordatorios visuales…) para que el deportista tenga anclas mentales apropiadas sobre las que reorientar su atención durante la competición.

4 | SUSTITUCIÓN DE PENSAMIENTOS

El boxeador debe aprender a manejar la atención para remplazar conscientemente los pensamientos negativos por pensamientos positivos. Se ha demostrado que para un óptimo desempeño deportivo, es fundamental que el atleta aborde cada situación con actitud positiva y la creencia de que logrará el éxito.

5 | RUTINAS DE RENDIMIENTO

El uso de rutinas es una práctica muy extendida para mejorar la concentración y reducir las distracciones. Por un lado, permite calmar el estado de nervios o excitación, ya que el deportista se centra en un plan que ha repetido una y otra vez en diversas situaciones de estrés. Por otro lado, catalizan la concentración sobre la acción que se está llevando a cabo, mejorando el rendimiento global.

En conclusión, el rendimiento deportivo implica una combinación óptima física y mental. De nada sirve tener una condición físico-técnica envidiable, si la cabeza falla sobre el ring. Así que ya sabéis, trabajad el cuerpo sin olvidaros de dedicar el tiempo suficiente a vuestra mente, o vosotros mismos os convertiréis en vuestro peor enemigo.

#gallegoprada

admin

Desde nuestra fundación en 1978, vivimos por y para el boxeo. No es ningún secreto, desde la formación técnica de base hasta la más alta competición, nuestra vida gira entorno al boxeo. ¿Una visión? Devolver el boxeo de este país al lugar que se merece.

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